Gracias al envejecimiento de la población y a una gran cantidad de publicidad directa al consumidor, muchos hombres españoles de cierta edad conocen la “pequeña píldora azul” o fármacos similares si padecen dificultades eréctiles. Pero, ¿es un fármaco para la disfunción eréctil (ED) como el sildenafil (Viagra) o sus competidores siempre la mejor opción para empezar? Esa es una pregunta abierta, especialmente entre varones con bajos niveles de testosterona.
Testosterona VS Viagra
Una ventaja potencial del enfoque de “testosterona primero” es que podría hacer innecesario tomar una píldora en la anticipación de un encuentro sexual. Además, los varones con baja testosterona y síntomas pueden experimentar beneficios adicionales del reemplazo de testosterona, tales como más “energía” y más deseo sexual ante todo.
Los fármacos actuales para la disfunción eréctil pertenecen a una clase de fármacos conocidos como inhibidores de la FDE-5. Aumentan el flujo sanguíneo a los tejidos esponjosos del pene, lo que crea una erección. Desde entonces, varios competidores se han introducido en este beneficioso mercado: tadalafil (Cialis), vardenafil (Levitra) y avanafil (Stendra).
Hoy en día, uno de estos fármacos suele ser la primera cura que un médico de atención primaria recomienda para los problemas de erección, no la testosterona. Esto se debe a que tienden a funcionar de manera más confiable que la testosterona, y la respuesta suele ser más rápida. Pero al igual que la testosterona, no funcionan para el treinta por ciento de los varones que la prueban.
Combinación cuestionable
A los pacientes con disfunción eréctil que también tienen un nivel bajo de testosterona se les puede ofrecer un refuerzo hormonal, frecuentemente en forma de un gel de frotamiento aplicado diariamente, además de un fármaco para la disfunción eréctil. ¿Esto hace alguna diferencia? Para averiguarlo, un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston realizó un estudio en el que participaron 140 hombres con baja testosterona. La mitad tomó Viagra y usó un gel de testosterona diario, mientras que la otra mitad tomó Viagra y usó un gel placebo.
El hecho de añadir testosterona al Viagra no hizo ninguna diferencia. Las erecciones, el deseo sexual (libido) y la actividad sexual fueron los mismos en ambos grupos. Uno de los hallazgos centrales del estudio es que el sildenafilo funciona extremadamente bien.
Un método lógico
Cada vez más, la disfunción eréctil está siendo vista como un problema de salud sistemático. Según algunos estudios, la disfunción eréctil es como el canario en una mina de carbón para un futuro ataque cardíaco. Esto se debe a que la disfunción eréctil a menudo se debe a la aterosclerosis, el mismo proceso de obstrucción de las arterias que suele preceder a los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares. Por lo tanto, debe abordarse de forma más sistemática que sólo empezar con un fármaco para la disfunción eréctil.
Si un hombre se da cuenta de que tiene problemas para conseguir o mantener una erección, y otras cosas en su vida son relativamente estables, entonces es necesario hablar con su médico. Un análisis de sangre para la testosterona es un buen paso siguiente. Si el nivel de testosterona es bajo, entonces intentar el reemplazo de testosterona puede tener sentido. Si eso no mejora las erecciones, entonces es hora de comprar un fármaco para la disfunción eréctil como Viagra, que es el líder del mercado.